Día 23 de julio, domingo: Madrid - Nantes
A la hora y en el lugar del aeropuerto de Barajas (Madrid) que se indicará mediante mansaje al móvil, el acompañante de Impar esperará a los viajeros para la primera reunión del grupo y entrega de la documentación del viaje, además de la presentación de los compañeros. A continuación, haremos la facturación y embarque para salir en vuelo regular a Nantes.
Aunque la mayor parte de las cosas que vamos a ver son del País del Loira, empezaremos nuestro recorrido por una de las ciudades más agradables y modernas de Francia, Nantes, la oficiosa capital de Bretagne, y su población más grande. Es el lugar ideal para tener un contacto con la Francia marítima, no en vano fue esta ciudad de Nantes, desde hace siglos, el astillero del país.
Desde aquí se hicieron y zarparon la mayoría de los barcos tanto de la armada francesa hasta hace bien poco, como la mayoría de los buques privados que se dedicaron a la colonización de África y, desgraciadamente, también al ignominioso comercio de esclavos.
Toda esta historia la tenemos en el Castillo diseñado por Ana de Bretaña, reina consorte de Luís XII, el momento en el que Francia abandona la edad media y se sumerge en el renacimiento. No dejaremos de ver la catedral, hermosísima, y otros lugares de interés. Pero quiero destacar la proyección internacional que tuvo Nantes, no solo con sus barcos sino a través de uno de sus hijos ilustres: Julio Verne. Su peso literario es mayor del que mucha gente cree, y la ciudad le dedica un pequeño museo y una estatua cerca de uno de los mejores miradores de la ciudad, con Verne de niño observando extasiado a su alter ego, el Capitán Nemo, mirando tras una lente el horizonte.
Por último, podremos disfrutar del sorprendente reciclaje de los antiguos astilleros en un gran museo al aire libre, donde artistas contemporáneos tienen la libertad creativa y el espacio suficientes para recrearla. Los anillos de luz,"le grand elephant" y otras grandes obras invitan a un paseo en la rivera del Loira, probando sus excelentes vinos en un clima privilegiado. Nos alojaremos en Hotel MERCURE Nantes Gare Sud 4*
Día 24, lunes: Angers y Chinon
Desayuno en el hotel. Muy cerca de Nantes visitaremos la primera ciudad del País del Loira, Angers, llena de historia, arte y gastronomía. Una población tan plácida que invita al paseo sosegado, disfrutando de cada esquina, de cada casa medieval, de cada templo... Es tal la sensación de paz que pocas ciudades podrían ser tan acogedoras. La catedral de Saint Maurice, la basílica románica de Saint-Martin, el claustro del Hospital de Saint Jean y, como colofón, el castillo: enorme, antiguo (de los que más) pero con un hermoso palacio renacentistas; y la joya de la corona: el tapiz del Apocalipsis, una obra maestra del arte del tapiz medieval donde en 137 metros de tela relata uno de los libros más enigmáticos y desconcertantes de la biblia.
Desde aquí iremos a la Abadía de Fontevraud, una de las más impresionantes de toda Francia, y que, con las tumbas de reyes ingleses tan famosos como Ricardo Corazón de León, o Leonor de Aquitania, resumen perfectamente la importancia histórica del País del Loira, y como Francia se construyó y reconstruyó desde estos maravillosos lugares.
Terminaremos el día en otro de los lugares mágicos de esta tierra bendecida, en Chinon, cuna de una de las heroínas más famosas de la historia: Juana de Arco, o Santa Juana de Arco. En Chinon podremos visitar la pequeña iglesia dedicada a su nombre, pero también tendremos tiempo de observar en enorme castillo, perteneciente a los reyes Valois, la capilla románica de Sta. Radegunde, o simplemente pasear por sus pintorescas calles y parando a tomar un vino del país, excelentes y muy digestivos. Nos alojaremos en Hotel Tours Sud 4*
Día 25, martes: Tours
Amaneceremos en Tours, una ciudad del Camino de Santiago, que nos acogerá entre sus grandes avenidas y hermosísima catedral, pero antes de disfrutar de tan maravillosa ciudad nos deleitaremos haciendo dos visitas espectaculares a los llamados castillos del agua: Azay-le-Rideau y Chenonceau. El primero es uno de esos lugares que son tan bellos que cualquier explicación es vana.
Como una isla que se introduce en el río, convierte en este lugar en la estampa perfecta del romanticismo clásico, con jardines viejos, pero bien cuidados y con el rumor continuo del agua que nos aporta paz y bienestar. Es la obra culmen, artísticamente hablando, de la arquitectura renacentista francesa, y reúne todos los elementos que podríamos ver en el centener muy largo de grandes castillos que rodean al Loira.
El segundo castillo, el de Chenonceau no desmerece al anterior, Nace como un molino, se crea una torre, se avanza con un puente y, finalmente, se crea un palacio encima del puente, dejando que el río marque y enmarque su devenir histórico. Fue un capricho de Catalina de Medicis, reina con Enrique II, y convirtió este lugar en su base de operaciones palaciegas, reflejándose aún hoy el lujo y la extravagancia de aquella época. Los jardines, otro gran atractivo fueron un encargo del rey Francisco I a Leonardo da Vinci. Almorzaremos en el Castillo de Chenonceau.
Visitaremos otra pequeña ciudad hermosísima, Amboise, coronada por su Castillo Real, y una gran iglesia románica.
Al terminar este gran día volveremos a Tour a cenar y organizaremos un paseo nocturno, voluntario, para disfrutar del pulso de una ciudad joven y dinámica sin que por ello renuncie a su larguísima historia y monumentos.
Nos alojaremos en Hotel Tours Sud 4*
Día 26, miercoles: Tours y Blois
Un gran día comienza con una gran visita. Hoy le dedicaremos tiempo e ilusión a una de las obras de arte universales más bellas del mundo: la inmensa catedral gótica de Tours. Lugar de coronación, con Amiens, de casi todas las dinastías reales francesas, lugar de nacimiento de uno de los santos con más devoción, Saint Martin (la catedral está dedicada a Saint Gatien), se nos presenta con una portada de tres cuerpos que nos invita a entrar y sentirse pequeño ante su altura y majestuosidad.
Podremos ver la capilla votiva a Santa Juana de Arco y, finalmente, emocionarse con el arte de las vidrieras medievales y toda su iconografía. La sensación al salir es insuperable, pues parece que salimos de un sueño, de un mundo aparte. Pero para no perder el tiempo, la ciudad nos recibe en todo su esplendor, con sus anchos bulevares creados en la época de Napoleón III, llenos de vida y movimiento, pero sin ruidos ni coches. Varios templos jalonan su urbanismo, como el raro neo bizantino de Saint Martin, o las dos torres carolingias de más de 11 siglos. Las típicas plazas medievales, pequeñas, acogedoras nos darán la nota final de esta sinfonía que es Tours.
De aquí iremos a comer a Blois, otra ciudad con su conjunto de catedral, castillo, puente y zona histórica que conviene para dar un buen paseo de sobremesa, sin prisas ni pausas. Siempre con el Loira a un lado, acompañando y enmarcando, o reflejando la propia ciudad, Su gastronomía y sus excelentes vinos harán que el tiempo pase a otro ritmo, y este ritmo nos hará disfrutar de una manera especial.
Por último, visitaremos el enorme castillo de Chambord, la finca de caza histórica de los reyes de Francia. La finca es inabarcable y se pierde en el horizonte. Nace como un capricho del Rey Francisco II, y reúne una mezcla de estilos arquitectónicos (gótico, gótico flamígero, renacentista y clásico) que, aunque no desentonan en lo que ya hemos visto, se lleva a otro nivel de extravagancia, no en vano es el siglo XVII el que lo ve crecer hasta lo que hoy vemos. Sus jardines sin fin, su doble escalera helicoidal, 800 capiteles esculpidos, 440 habitaciones y salas, 282 chimeneas y 365 ventanas son números desbordantes pero que tienen sentido en el transcurso de la visita, donde cada sala supera a la anterior y hace preguntar si realmente los reyes venían de caza o más bien de fiesta. Digresiones aparte, el lugar hace sentir pequeño a uno, y su colección etnográfica en cocinas, almacenes, bodegas y caballerizas es algo excepcional.
Finalmente, ese día nos dirigiremos a otra de las joyas que nos ofrece este viaje, la ciudad de Orleans, el lugar donde nace la leyenda de Juana de Arco.
Nos alojaremos en Mercure Orleans Porte de Sologne 4*
Después del almuerzo llegaremos a Chenonceau para conocer el castillo apodado como "El castillo de las Damas". Con su arquitectura única, es uno de los castillos más exquisitos del Valle del Loira. Chenonceau está relacionado con mujeres importantes y tiene una historia de amor y celos.
En 1547, venciendo ciertas dificultades legales que impedían la transmisión de los bienes de la corona, Enrique II, rey de Francia, regaló el castillo de Chenonceau a su amante Diana de Poitiers. Diana fue el gran amor de Enrique II, en aquella época se la conocía como "la más que reina". Ambos protagonizaron una de las más grandes historias de amor de la realeza. Esta pasión desató los celos de la reina Catalina de Medicis, mujer de Enrique II. Los celos fueron especialmente violentos después del regalo de Chenonceau.
Pocos años más tarde Enrique II sufrió un accidente del que no saldría con vida y los planes de Diana se vieron alterados, quedó completamente desprotegida. La venganza de Catalina de Medicis no se hizo esperar. Prohibió terminantemente a Diana visitar al rey en sus últimas horas e incluso asistir a sus funerales, fue expulsada de Chenonceau y obligada a devolver las joyas de la corona que Enrique le había regalado. El castillo está rodeado de jardines renacentistas magníficos.
Día 27, jueves: Orlèans
Por la mañana haremos una ruta por la campiña más auténtica de Francia para tener un poco más de contacto con la naturaleza, y que conseguiremos en el famosísimo puente-canal de Briare, que cruzaremos en un barco con el río 20 metros más abajo. Cerca, podremos visitar tanto la Abadía de Saint Benoit, donde se guardan las reliquias de San Benito, fundador de monaquismo occidental; también está la famosísima basílica de Saint-Germaine-des-pres, excelente ejemplo de arquitectura carolingia con un impresionante aporte del arte bizantino, un mosaico en el ábside central con teselas de oro, jade y otras piedras semipreciosas.
A la tarde visitaremos la ciudad de Orleans, que tiene como principal protagonista la catedral. Si la de Tours era una maravilla, la de Orleans es superlativa: enorme, bellísima, un compendio del glorioso arte gótico francés que reúne todos sus elementos sublimándolos, hasta el punto de que cualquier persona sensible caería fácilmente en el síndrome de Stendhal. Sería fácil destacar los torrentes de luz que a través de las vidrieras y rosetones entra y sumerge el templo, o la propia y flamígera simbología con que los plomeros medievales dejaron libre su imaginación, o las cinco naves y el presbiterio más largo de la cristiandad, o su acústica infinita donde los cantos del cabildo catedralicio aún resuenan en sus grandes celebraciones. Una catedral única, especial, con vida propia que te absorbe y te obliga a amarla...
Pero no se acaba aquí esta maravillosa ciudad, sino que también podemos disfrutar de la vieja casa de Juana de Arco, su paseo de malecón a lo largo del río y sus históricos puentes. Para no perdernos nada nos montaremos en un City Tours que nos acercará a la multitud de lugares interesantes que nos ofrece y que no hará más que asumir que nos ha conquistado esta ciudad, esta tierra, sus gentes, su gastronomía, su historia... Aunque aún nos queda un día más para disfrutar, conviene reconfortarnos en los recuerdos en alguna de las placitas de la zona histórica de la ciudad, tomando un buen vino y dejando que el alma acogedora de esta tierra nos enseñe que el buen vivir no necesita paraísos, o que los paraísos no siempre quedan tan lejos, o simplemente paladear las emociones vividas observando con tranquilidad el transcurrir de la ciudad, en silencio, en paz...
Nos alojaremos en Mercure Orlèans Porte de Sologne 4*
Día 28, viernes: París
Con toda la energía que nos regala el saber que aún queda grandes cosas por ver, grandes momentos que vivir, abandonamos a la Dama de Orleans para dirigirnos a la ciudad de la luz, a París.
Cualquier discurso se quedaría pobre al lado de la realidad de esta ciudad. Ofrece tanto y a tantos niveles que, aunque absurda sería una comparación, no me atrevería a citar a otra ciudad que haya tenido tanta influencia y durante tanto tiempo, en el status cultural y humanista que París. Pero la antesala de París es Versalles. Si hasta ahora nos han sorprendido y emocionado los castillos del Loira, en Versalles, el mayor monumento al exceso y la grandeur, la grandiosidad, un capricho personal del Rey Sol, Luis XIV y una de las obras maestras de la arquitectura barroca y neoclásica. Versalles no es todo apariencia, ni mucho menos. Durante el recorrido nos iremos dando cuenta de que lo que estamos viendo no es exactamente un lujo, sino un compendio de arte de gran nivel, con una composición deliberada y, sin duda, buscando un paraíso artificial aquí en la tierra.
Las sucesivas salas guardan tan cantidad de obras de arte acumuladas tras más de dos siglos de ocupación que hacen creer que más bien estamos en un museo. Pero no, es simplemente lo que un palacio real "necesita" para serlo. Y si el palacio es gigantesco, los jardines son un mundo que se pierde en el horizonte. Tiene el conjunto tal armonía que emociona como emociona una sinfonía musical.
Ya en París, haremos un recorrido excepcional por el Sena para ver las grandes joyas de esta ciudad, como la Torre Eiffel, Ille de Paris, Notre Dame, Saint Chapelle, Obelisco de la Concorde, el excelso Museo del Louvre, los puentes históricos como el famoso Neuf, y todo a bordo de un clásico batoix (barco) donde además de navegar al lado de todas estas maravillas, tendremos la oportunidad de una de las cenas más fantásticas que se pueden realizar en la luminosa y alegre París.
Nos alojaremos en Campanile Bagnolet Paris 3*
Día 29, sábado: París - Madrid
Desayuno y tiempo libre hasta la hora del traslado al aeropuerto para tomar el avión hacia nuestra ciudad de origen.
Vuelos previstos:
Madrid - Nantes salida a las 7,30 y llegada a las 9,45 horas
Paris – Madrid salida a las 17,20 y llegada a las 19,20 horas
Nuestro viaje incluye:
• Billetes de avión en clase turista.
• Traslados y Transportes en bus climatizado
• 1 noche en media pensión en hotel Mercure en Nantes 4*
• 2 noches en el hotel Mercure Tours 4*
• 2 noches en el hotel Mercure Orleans 4*
• 1 noche en el hotel Campanile Bagnolet en Paris 3*
• Desayunos en los hoteles
• Todas las comidas (excepto el ultimo día)
• Guía experto de habla española en todas las visitas
• Visitas descritas en el programa
• Entradas a todos los castillos descriptos en el programa
• Paseo en barco por el Sena
• Impuestos del gobierno
• Seguro de asistencia en viaje
• Relaciones públicas Impar
No incluye:
• Bebidas en las comidas
• Propinas (obligatorias al guía 5 € y 3 € al conductor por persona y día)
• Todo lo no indicado en el apartado anterior
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