Las cifras lo demuestran: los impares son los que más viajan.
El hecho de no tener pareja, lejos de condicionar nuestras ansias de ver mundo, actúa como un magnífico aliciente para ampliar el horizonte y, de paso, conocer gente nueva con la que podamos mostrarnos tal y como nos apetece en cada momento, conservando la independencia a la hora de decidir dónde, cuándo y por supuesto, con quién. Porque ser impar propicia la libertad de elegir y el siempre atrayente misterio de lo que otros viajeros y tú podáis aportaros mutuamente.
Viajar solo es una experiencia enriquecedora, pero a veces es mejor bien acompañado.
Los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas hablan solos: los impares son los que más viajan . Por estado civil, los que más lo hacen son los solteros -el 37 por ciento-, seguidos de separados y divorciados -un 27 por ciento-. Los casados o con pareja estable se quedan en un 22 por ciento, ya por debajo de la media de la población, que se sitúa en un 26 por ciento. Los viudos son los que tienen más reparos en alejarse de casa, ya que por razones principalmente de edad y economía, sólo viaja un 8 por ciento de ellos. Y a esto hay que sumar que se trata de datos de la recién pasada Semana Santa, en la que muchos viajeros habituales cancelaron sus desplazamientos debido al mal tiempo.
El nivel de estudios también es un elemento diferenciador: mientras que sólo viaja por placer el 5 por ciento de las personas que carecen de estudios, los que cuentan con estudios medios y superiores superan el 45 por ciento.
Esta circunstancia puede estar relacionada con la clase social del individuo, ya que mientras viaja el 46 por ciento de quienes se autodefinen como clase media o media-alta, la cifra se reduce al 18 por ciento en los obreros no cualificados. Los mayores porcentajes de viajeros se registran entre los habitantes de las grandes urbes con más de un millón de habitantes, donde viaja el 48 por ciento de la población.
Todos estos datos nos dan un perfil del viajero tipo en vacaciones: impar, con estudios superiores, de clase media-alta y residente en una gran ciudad.
¿Te reconoces?
A TU MEDIDA
La tendencia de las ofertas de viajes es, desde hace unos años, hacia la especialización. Viajes para personas mayores, para estudiantes, para gays, para parejas que buscan conocer otras con aficiones parecidas
y por supuesto, para impares.
El éxito de la programación especializada radica en dos factores básicos. Por un lado, los itinerarios, alojamientos, excursiones y visitas se programan teniendo en cuenta las necesidades y gustos de un tipo muy concreto de viajero. Por otro, se trata de viajes activos con gente desconocida, que interactúa entre sí para formar un ambiente en el que cada uno aporta personalidad al grupo.
Y cuando se trata de viajes a medida para personas sin pareja, uno de los valores añadidos son las relaciones humanas. No sólo nos encontraremos con compañeros de viaje, sino con personas que tienen una forma de vida parecida a la nuestra. Los días de vacaciones pasan a tener el efecto de una pequeña convivencia en la que tenemos la oportunidad de disfrutar al conocer gente distinta pero con un denominador común que facilita el diálogo y muchas veces, es el primer contacto con personas a las que luego podrás, si lo deseas, continuar viendo. Habrá quien se quede en compañero de viaje, y también quien pase a formar parte de nuestro círculo de amigos, lo importante es que no sólo tus vacaciones resulten perfectas, sino que además sirvan para conocer, durante unos días, a gente con una situación y unos intereses similares.
SOLO PERO NO TANTO
Si aún sientes reparo en viajar solo o crees que te costaría integrarte en un grupo, siempre puedes intentar convencer a ese otro amigo impar para que vaya contigo, claro que sí. Pero si te decides, verás que al cabo de un par de días nadie es ya desconocido y el ambiente se relaja lo suficiente como para que encuentres tu lugar en el grupo.
No olvides que se trata de personas como tu, independientes e impares, y que viajáis en grupo, no en manada, así que la clave del éxito en tus relaciones con el grupo está en mostrar lo mejor de ti mismo y tomar lo mejor de los demás.
El equilibrio está en adaptarse, sin perder la individualidad. Puedes hacer una excursión fuera de programa si quieres, y no pasa nada por ir solo si nadie más está interesado, siempre y cuando no altere los desplazamientos del viaje contratado. Igualmente, si una salida programada o una actividad no te apetece y prefieres pasar el día descansando o visitando un mercadillo de artesanía, hazlo
pero después no te sientas mal si el grupo se pasa la cena comentando lo bonita que fue la excursión.
En los viajes programados para impares se hacen amigos, por supuesto. El entorno favorece la comunicación, los viajeros cuentan con una libertad sentimental que facilita el diálogo y además no hay responsabilidades familiares, no hay jefes, no hay despertador. Es el clima perfecto para que las relaciones sociales afloren y vayamos descubriendo mayor o menor compatibilidad con los demás miembros del grupo.
¿iNDIVIDUAL O COMPARTIDA?
Una de las sensaciones que suelen tener los impares que más viajan, es que el sector turístico les ignora. Pese a ser los más viajeros, los hoteles no suelen contar con suficiente número de habitaciones individuales, simplemente aplican un suplemento por el uso individual de una habitación doble. Al tratarse de una práctica generalizada, es habitual que el cliente lo perciba como una especie de penalización. Para que esto no se refleje en tu bolsillo, las empresas especializadas en ocio para impares ofrecen la posibilidad de compartir habitación con otro de los viajeros del mismo grupo. Si te decides por esta opción, la empresa buscará el compañero o compañera más adecuados, teniendo en cuenta tu edad, profesión, si eres o no fumador
Ten en cuenta que este tipo de viajes son muy activos -se trata de salir y relacionarse, no de pasarse el día en la habitación- y habrá muchas cosas por ver. Además todos los componentes están acostumbrados a una cierta independencia, así que el hecho de compartir habitación no sólo no supone ningún problema, sino que refuerza el buen clima interpersonal.
Por lo general, los hoteles contratados para este tipo de vacaciones suelen ser de cuatro o cinco estrellas, sobre todo cuando se trata de viajes fuera de España. Esto se traduce en habitaciones amplias y cómodas que, aunque sean compartidas, permiten que cada ocupante disponga de un cierto espacio vital individual.
GUÍAS Y ACOMPAÑANTES
Cuando se trata de viajes a lugares con interés turístico, lo normal es incluir en el precio las excursiones más representativas, con transporte y guía de habla castellana; excepto en los cruceros, en los que las excursiones son optativas dado que puedes preferir quedarte un día a disfrutar del barco en lugar de salir al puerto. Si se trata de estancias de relax, contarás con animadores que dinamizan el grupo proponiendo actividades deportivas o lúdicas.
Pero además, en los viajes para personas sin pareja, lo ideal es que un representante de la organización se integre en el grupo y te sirva de contacto y mediador. Los acompañantes o relaciones públicas de la empresa con la que viajas estarán para atender tus necesidades y hacer que te sientas cómodo con el resto de tus compañeros de viaje. Harán que el ambiente se relaje, ayudando a que te relaciones con los demás y facilitando las relaciones entre los miembros del grupo. Para que, además de viajar, encuentres nuevos amigos.
VIAJA Y AMPLIA TU AGENDA
Viajar en un grupo de gente impar implica relacionarse socialmente. La posibilidad de conocer personas afines en un entorno neutro y al mismo tiempo atractivo, realizar actividades en común y tener tiempo para ver cómo se desenvuelven los demás en diferentes situaciones, dará un valor añadido a tu viaje. Te damos unas pequeñas claves para que saques el mayor partido a ese factor humano.
El grupo estará compuesto de muchas y muy variadas personas. El truco está en no depender, ni tampoco adoptar. Quizá uno sea el perfecto compañero de habitación, con otro compartas una actividad deportiva, y con otro te sientas más a gusto en una excursión. Y deja que se acerquen a ti.
Las distancias, ni cortas ni largas. Que nadie se sienta avasallado, pero tampoco tan distante que impidas una cierta complicidad. Para hacer amigos nuevos es necesario comenzar por conocerse. No te aísles.
Tu puedes enriquecer el viaje, por supuesto. Ten en cuenta que se trata de un grupo de adultos, así que no quieras ser líder
pero tampoco oveja.
Prueba lo que no sueles hacer normalmente, abre tu mente a nuevas formas de viajar, comer o curiosear todo lo que puedas
y compártelo. La principal ventaja de la diversidad de este tipo de grupos es precisamente eso, la interacción entre sus componentes.
Cuando el viaje termina, la posible amistad con tus compañeros, si tu quieres, no habrá hecho más que empezar. ¿Quedamos para ver las fotos?